¿De
qué manera se puede efectuar una conexión más directa de aprendizaje entre
docentes y estudiantes?
¿Es
realizable un modelo que permita un aprendizaje continuo más allá del espacio
físico de la escuela?
La
incorporación de las Nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) a la labor educativa
pretende dar respuesta a éstos interrogantes, su conjugación en la labor pedagógica
se hace de manera más decidida y al parecer se profundizará en las próximas
décadas.
Las
paredes de la escuela se desmoronan ante los vastos espacios de Internet. El
aprendizaje jerarquizado, limitado por la dirección única del docente y el
contacto con compañeros solamente dentro del salón de clase va eclipsándose con
la aparición de nuevas maneras de comunicarnos, de interactuar, de crear un
espacio de aprendizaje que trascienda el tiempo y el espacio.
Fuente Imagen: El Universal.com |
Herramientas
de texto, audio, vídeo, foros de discusión, correo, presentaciones
interactivas, redes sociales y metodologías de aprendizaje colaborativo, han
cambiado el escenario de la educación permitiendo no solo mayor acceso a información
antes de imposible obtención, sino favoreciendo un decidido acercamiento de
otras formas de pensar ver y abordar el mundo.
Dichos
instrumentos pueden ser base fundamental para el aprendizaje de materias antes
solamente reservadas para los especialistas y las aulas universitarias. Las
NTIC pueden ser una de las herramientas más poderosas de
democratización y acceso al conocimiento.
Fuente Imagen: Gamma ingenieros.S.A.S |
No obstante un gran poder siempre va de la
mano de una gran responsabilidad. El uso de herramientas tecnológicas debe
ser un elemento importante en la labor pedagógica pero no el fundamento
absoluto del descubrimiento. El estudiante valiéndose de la orientación del
docente y de la adecuada utilización de las tecnologías de la información y la
comunicación es el protagonista de su camino hacia el conocimiento.
Por ello a la hora de incluir este
tipo de recursos no solo debe tenerse en cuenta la edad, el grado de
escolarización de los alumnos o su contexto socio económico para determinar la
disponibilidad de acceso a la tecnología, sino que debe partirse de la creación
de una política de buen uso de las tecnologías, de unas directrices básicas
para que los estudiantes sepan discriminar la información, unas prácticas que
fomenten su consciencia crítica y la valoración y selección de diversos tipos
de información provenientes de diversas fuentes. En suma con las NTIC como
elemento de soporte, el estudiante durante su formación debe comprender que es
y siempre ha sido el hacedor de su propio aprendizaje.
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