“ La esperanza de la impunidad es para muchos hombres, una invitación al delito” Villaume Pierre Como si no fueran suficientes las “nuevas “no tan buenas de nuestro honorable Congreso, ahora se está reconsiderando revivir una figurilla, que ha sido foco de intensos debates en el derecho Constitucional, ”La inmunidad parlamentaria”. La idea inicial en la que se inspiró el Estado Francés [1] para crear las llamadas prerrogativas, se basó en el Principio de supremacía Parlamentaria, formándose, como una barrera legítima, a las apetencias del monarca, que a su gusto, podría obstaculizar, el libre desarrollo de la deliberación y la discusión. La investidura imponía para el ejercicio de la jurisdicción penal o civil, la previa autorización de la Asamblea para proseguir con el enjuiciamiento de uno de sus miembros. Sin embargo como hemos podido observar, el contexto colombiano, dista abismalmente de la Francia del Siglo XVIII, el ejecutivo en vez de ser una amenaza para el “Parl
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