El hombre tiende a establecer íconos, arquetipos, objetos de adoración. Desde los mitos religiosos como el génesis, hasta los mitos civiles del Poder Constituyente, el orden, la completitud de la ley, la Constitución se erige como el nuevo Dios que legitima de una manera trascendente las acciones de los mortales, los mitos perduran, sin embargo con ellos se perpetúan los errores del pasado, los barnices no son suficientes y la sacralización de las Instituciones conlleva a la rigidez y al estancamiento. Con la proclamación de la Carta Constitucional vigente, se pensó en la total y definitiva solución a los dilemas que azotaron por siglos nuestra patria Colombiana, entonces, fue erigida como el tótem salvador, como el producto de la labor discursiva y participativa de todos los sectores sociales , un acuerdo de paz y prosperidad, debe reconocerse la labor “constituyente” al consagrar una amplia carta de derechos desde los llamados fundamentales de corte liberal hasta los eco
Un espacio de confrontación con los temas de actualidad.